Mi Vida Entre Líneas.

Hola, mi nombre es Karla Maritza, pero muchos me conocen como Lilith. Tengo 30 años (3 meses y 3 días) y debo aceptar que mentalmente no los tengo, y me duele reconocer que físicamente tengo más. De más jóven me jactaba de nunca haber parecido de mi edad (una vez hasta me bajaron 5 años). Sin embargo, es inútil tratar de seguir fingiendo que es igual. Mi mente está cansada, mi cuerpo está cansado... me levantó en la mañana por costumbre más que por desearlo.

Tengo tantas cosas en la cabeza que me están aplastando la razón, la cordura y el sentido. Y ya que no tengo dinero para pagar un psicólogo... sacaré lo necesario por este medio.

Ya sé, quien me conosca dirá que YO siempre me reía de la idea de un psicólogo; ¿Que me pudiera decir que no fuera lógico o por sentido común?. Ahora reconosco que cae más rápido un hablador, ya que si realmente tuviera todas las respuestas, no tendría el cagadero que tengo ahorita.

Traumas siempre he tenido, solo que no me habían pegado tan duro como en los últimos años. No reconocía que era insegura, inmadura y dependiente de los demás. Y fue muy duro darme cuenta de esto, y no poder remediarlo tan rápido como quisiera ya que estoy hundida hasta la cabeza con problemas.

Desde pequeña vivia en un mundo de fantasía y pocas preocupasiones. Mi vida era la escuela, mi Colegio Frontera. 11 años de mi vida me la pase ahí (Kinder, Primaria y Secundaria ... no conseguimos que hicieran prepa) y obviamente que desayunaba, comia y cenaba religión. La realidad me empezó a pegar en la preparatoria, cuando deje de ser privilegiada y me volví del monton. La universidad ni se diga, realmente fue la primera vez que me sentí libre.... y me gustó.

Al sentir esa libertad, olvidé por completo la chica responsable y me subí en una montaña rusa de la que aún no me puedo bajar. Tal vez esto se lee más dramático de lo que es. Respecto a la escuela casi nunca tuve problemas. Sin embargo, es obvio que algo paso ya que de 9.8 en la secu, pase a 9.4 en la prepa y sali de 8.65 en la uni. Y está última calificación es la que más me pesa, ya que siempre me programaron para ser niña 9 para arriba.

Así que mi viaje de recuperación empieza aquí. Quiero comprender como pase de una sonrisa real, a fingirla.

Es ilógico vivir añorando el pasado. Es esa la fantasía que nubla mi cabeza. He tocado fondos, pero han sido sólo pequeños montones de tierra en ese abismo en que caí al pasar de niña a adulta.

El primer desmadre que tengo es que soy 3 personas en una. Karla, Maritza y Lilith. Definitivamente, tengo que matar a dos o lograr una fusión entre las tres. Maritza fue la niña buena, la excelnte estudiante, el modelo a seguir, la deportista, la porrista, la chica Sigma, la poetiza, la que quería ser astronauta o entra a la air force. La que tenía sueños que se toparon con pared al cumplir 18 años. La que a los 12 dijo: "Voy a ser Ingeniera en Electrónica para cuando cumpla 24 años" y lo hizo. Pero después de ahí ...
Karla es la continuación de Maritza ... y sólo puedo resumir que es la "Profesionista".
Lilith ... ella vino a ser mi salvación o mi perdición, dependiendo del punto de vista. Me abrió los ojos y me quitó la venda que tenía la religión sobre mi. No es que ya no crea en Dios o Jesús o María y todos los santos. Es solo que comprendí que no es verdad que por pensar mal de algo, ya estoy condenada a vivir en el infierno cuando muera. O sea, vivo en Mexicali, BC. la antesala del infierno. Y desde que descubrí el poder de la pregunta ¿Por qué? nada fue igual, para bien o para mal.

De mis 30 años, soló 2 años los pasé como persona normal y otros 4 entre te vez bien y bajale que estas engordando. Esto quiere decir que 24 años he sido gorda, aunque la neta, esta vez si me pasé, jajajaja (Si, ya sólo me queda reír porque llorar solo me roba la cordura).

Tengo 30 años y nada tengo. No tengo casa, no tengo carro (lo tuve que vender) y mi mamá aún me mantiene. Supongo que la carrera cuenta como tener algo, y la maestría vino a pagar el costo de todo mi desmadre. Desde 1 de primaria he estudiado con becas y sin embargo, la maestría me ha costado emocionalmente.

Puedo escribir y escribir y escribir de miles de cosas y hacer terminar agobiada por tanto que expresar, pero mejor me dejo guiar por ese poder superior que me dirá que decir y cuando.

Así es, creo en un poder superior, sea cual sea su nombre. Por el momento puedo llamarlo Fé y Esperanza (masculino y femenino). Si llegara a perder estas dos cosas ... Solo puedo decir que me dio un gusto haberlos conocido.